“Maradona fue un líder innato, siempre con la verdad”: Miguel Ángel ‘Zurdo’ López
El ex entrenador de Junior fue su técnico cuando inició en Argentinos Juniors.
Sentado en su casa, donde pasa recluido los días de la pandemia, un agudo dolor sacude este miércoles el corazón del ex entrenador argentino de Junior, el argentino Miguel Ángel ‘El Zurdo’ López.
No es un malestar físico, sino una dolencia sentimental.
Al veterano entrenador se le murió su más brillante pupilo.
Diego Armando Maradona partió de este mundo dejando al técnico la imagen de ese ‘pibe’, zurdito y humilde, que estaba destinado a dividir al fútbol en un antes y un después.
“Un día muy triste para todo el mundo del fútbol. Para muchos que tuvimos la oportunidad de estar cerca de él, lo es mucho más porque conocimos una gran persona”, manifestó a Zona Cero el técnico.
“Con la operación que tuvo el otro día, pensamos que ya estaba superado todo. Pero tampoco es lo más importante la causa de la muerte. Lo importante es que es una pérdida que duele a todo el mundo”, agregó.
López tuvo a Maradona como jugador en 1979, cuando llegó a dirigir a Argentinos Junior, luego del que fuera su primer paso por el Junior de Barranquilla en la temporada inmediatamente anterior. El ‘D10s’ fue una de las razones que le dio el sí a los directivos.
“Cuando yo llegué a Argentinos él ya estaba en primera. Estábamos arreglando los detalles y llegué un domingo, la reunión era el lunes y aproveché para ver a Argentinos en un partido que estaban jugando ahí. Hizo su par de golcitos y ya se notaba la dimensión que iba a tener”, recordó como si hubiera sido ayer.
Al ‘Zurdo’ inmediatamente lo impactó el carácter de Maradona. Aunque apenas era un muchacho, ya tenía incorporada esa valentía para afrontar las situaciones de la vida que lo iban a hacer famoso por el resto de su vida.
“Cuando ya acepté, resultó la relación mucho más fácil. Era un líder innato que le gustaba hablar de frente y con la verdad. Él tenía muchos compromisos todo el día con la fama que ya tenía, y eso que era en esa época, hoy en día no podría ir ni a entrenar”, aseguró.
López quiso poner los puntos sobre la mesa. Ahí fue que midió lo que tenía entre manos y se ganó el corazón del futuro gran ídolo argentino.
“Le manifesté lo siguiente: mire a mi no me interesa lo que haga de su vida privada, lo que me interesa es que me diga qué hace, porque de acuerdo a lo que usted me diga yo lo entreno de la manera para ponerlo 10 puntos. Si duerme normal, lo entreno normal, si usted está mal lo entreno para ponerlo bien. Me miró a los ojos y me dijo ‘esa me gusta’. De ahí en adelante se convirtió en una amistad”, afirmó.
La amistad se amplió por los años.
Incluso, cuando Maradona ya era un ídolo en el Nápoles de Italia y López siguió como entrenador y llegó a las ‘Águilas’ del América de México, en el año de 1984, hasta 1987. Curiosamente, el ‘Zurdo’ estaba en el momento y sitio ideal.
“Hasta tuvimos la suerte de estar juntos en el Mundial de 1986. Yo estaba en el América de México y le sugerí a (Carlos Salvador) Bilardo que concentrara al equipo en las instalaciones con el Club América y ahí estuve con una convivencia como hincha con la Selección”, rememoró.
Fue por esos días que llegó aquel partido de la gloria ante Inglaterra. Maradona marcaría en el estadio Azteca dos goles. El primero, con la mano y el segundo, barriendo con media selección británica en el llamado gol del siglo XX. Fue el 2-0 que catapultó a pelear la final y el título a los gauchos.
Miguel Ángel comenzó a recordar en la víspera de ese juego, un desacuerdo que tuvo con César Luis Menotti, el entrenador con el que Maradona fue campeón mundial juvenil y que luego no lo tuvo en cuenta para la Copa de 1978.
“Cuando lo tuve en Argentinos y practicaba con la selección Argentina para el Mundial de 1978, que luego no lo convocaron, su representante me manifestó que el gran César Luis Menotti me mandaba a decir que le sugiriera a Diego que cuando estuviera de espaldas al arco rival este tocara de una para evitar que lo golpearan”, expresó.
“Yo le expuse mi punto de vista y le dije: Dile a César que ni él, ni mucho menos yo, podemos decirle a Diego como se juega. Es más, cerca del área contraria yo quiero que lo golpeen para que con un foul se los devuelva con un tiro libre”, opinó.
“Entonces en el Mundial, en una conversación que tuvimos antes del partido con Inglaterra, me preguntó cómo lo veía yo, y le dije: Ya en una oportunidad te dije que naciste con el don más virtuoso del fútbol, que es saber lo que hay que hacer siempre, entonces ese don hay que aprovecharlo y hacer lo que la mente te diga en cada jugada”, le dijo.
Y Diego lo supo hacer.
Primero al manotear la mano en el instante perfecto. Luego, al dejar desparramados en la cancha a todos los rivales que lo quisieron derribar y terminar gambeteando al arquero en una baldosa. Puro saber.
López siempre recordará a Maradona como ese muchachito que siempre necesitó a su familia para derrochar su verdadera dimensión.
“Diego era muy afectivo con su familia. Cuando salíamos de gira con Argentinos, él solicitaba llevar a su papá, a su mamá, a sus hermanos, a su novia de la época Claudia Villafañe y a su suegro. Él tenía que estar con la familia. Se sentía feliz y rendía y se sentía mucho más especial todavía”, comentó.
Miguel Ángel López se retira de la conversación con este medio, más tranquilo y reconfortado en en medio de los recuerdos y la nostalgia. Y termina por dar una máxima en medio de su longevidad.
“Es uno de los días más tristes de mi vida”, cerró.